viernes, 1 de junio de 2012

17ª.- Inteligencia Social.-


Muchos seres vivos, aunque no inteligentes tienen comportamientos colectivos inteligentes; observamos, por ejemplo, las aves en formación cuando vuelan, adquieren colectivamente formas aerodinámicas sin ser conscientes de ello, o los bancos de peces en formaciones multitudinarias defensivas sin que cada unidad sea consciente del resultado global, igualmente ciertos mamíferos depredadores se unen en colectividades para aumentar la efectividad de las persecuciones en la cacería. Así podemos hablas de inteligencia colectiva natural, sin que los seres que la componen sean propiamente inteligentes. ¿Qué ocurre con los humanos? ¿Somos globalmente inteligentes? Al parecer, nos ocurre en cierta medida como a otras especies, en un experimento de una feria de ganado, se pidió a los asistentes un cálculo aproximado de un ejemplar de Toro, cada uno decía más o menos lo que creía que pesaba el animal, todos fallaron, pero el peso medio obtenido colectivamente era el del animal con un leve error de medio kilo. A veces, igual que en el mundo animal, en épocas de crisis nuestra inteligencia global falla, jugándonos individualmente  malas pasadas, pues el pánico se propaga por los individuos y dejamos de consumir inteligentemente por miedo, perjudicando a muchos individuos de la colectividad. También ocurre esto en el mundo animal, observamos a las manadas de ñus, que sin saber ellos por qué, llega el pánico (desmedido o no), y se produce la estampida.  Los individuos dejan de confiar en la inteligencia global, pasan a un “sálvese quien pueda” y actúan individualmente presa del miedo dejando de lado la colectividad.
                Pero lo peor de todo, estimado lector, es que, al igual que en la naturaleza, en el caso humano hay machos dominantes, que primero que los demás, deben saciar su hambre antes de dar paso a los otros, el problema es aún peor, pues en el caso de nuestra depravada naturaleza, el hambre del poder es insaciable.  

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